Existió en el barrio Bairoa de Caguas, Puerto Rico, el matrimonio compuesto por Juan Morales Díaz, nacido en Caguas, Puerto Rico y Leonarda Ramos Lozada nacida en Aguas Buena, Puerto Rico. Procrearon siete (7) hijos: Isabel, Casildo, Bruno, Florencio (Flor), Lázaro, Juan María y Luis.
Se dedicaban al trabajo del campo para sostener la familia.
Aunque vivían en estrechez económica, eran muy generosos. Se distinguían por ayudar al necesitado. Así lo demostraron cuando albergaron en su hogar algunos parientes o desamparados. Don Juan era de naturaleza autoritaria. Tenía como norma personal no dar información de los lugares donde iba. Recordamos una frase que hizo muy suya, cuando le preguntaban: "¿De dónde viene?" Contestaba: "Del otro la’o." Si le preguntaban: "¿Para dónde va?" Su contestación era: "Pal otro la’o."
Cuando tuvieron a su hijo menor, Luisto decidieron mudarse a Guaynabo, Puerto Rico.
Doña Leonarda era una mujer sumamente espiritual y caritativa. Se distinguía porque como parte de su fe cristiana, hacía los Rosarios Cantados con mucha entrega y los entonaba de forma majestuosa. Esta tradición cultural y religiosa le hizo ganar reconocimiento a través toda la isla de Puerto Rico. Ayudaba al prójimo sin incentivo monetario, fueron muchas las personas a las que auxilió de forma gratuita. Recomendaba usar teses de plantas medicinales y remedios caseros en el proceso de sanación. Tenía gran habilidad en el arte tradicional del “santiguo”. Santiguar, era un remedio natural que usaban los curanderos como alternativa ante la poca accesibilidad a servicios médicos, durante esa época en Puerto Rico. Era muy respetada y admirada por sus muchos aciertos en este menester.
Ambos cultivaron en su familia el amor a Dios, el respeto, el aprecio a la tierra y a las tradiciones, así como el amor a la música campesina. Según afirmaron sus hijos, Doña Leonarda era una gran improvisadora. La escuchaban trovar mientras realizaba sus labores. Aunque carecía de instrucción escolar, no sabía leer ni escribir, dominaba la rima y la métrica de la décima a la perfección. Demostraba una gran destreza al aplicarla en sus improvisaciones.
Esta extraordinaria mujer enseñó a sus hijos este arte. Isabel, Casildo, Bruno y Lázaro entonaron trovas alguna vez, pero no desarrollaron el arte a nivel profesional. Florencio (Flor), Juan María y Luis fueron los que desarrollaron su talento artísticamente. Alcanzaron grandes éxitos a nivel local e internacional. No se imaginaron que llevarían su arte a un sitial tan alto, que dejarían una brillante huella en la historia de la música típica puertorriqueña. Todo aquel que habla del desarrollo de la música típica puertorriqueña, menciona estos tres famosos trovadores y sus contribuciones.
Los dos murieron en su hogar de Guaynabo, Puerto Rico. Los restos mortales de ambos reposan en el Cementerio Municipal de Caguas, Puerto Rico.
He aquí la biografía de los hermanos Morales Ramos, orgullo de Puerto Rico.
Por: Mirta Morales Pizarro (moralesmirta09@yahoo.com) &
Iris Morales Pizarro (moralesi@prtc.net)
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